
La Oración: Una Vida de Comunión con Dios
Introducción
La oración es una de las disciplinas más conocidas en la vida cristiana, pero también una de las más malentendidas.
Algunos oran con dudas o con culpa, otros la reducen a un hábito repetitivo, y otros la usan solo como un medio para pedir lo que desean.
La Biblia nos recuerda que la oración no es un ritual vacío, sino una relación viva y continua con Dios.
Tipos de oración en la Biblia
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Intercesión: orar por otros, como Abraham por Sodoma (Gn. 18:23) o Moisés por Israel (Ex. 32:11).
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Confesión y arrepentimiento: como Daniel (Dn. 9:4) o David en el Salmo 51.
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Alabanza y gratitud: como María en Lucas 1:46 o Zacarías en Lucas 1:68.
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Súplica personal: como Ana pidiendo un hijo (1 S. 1:10–11) o Jesús en Getsemaní (Mt. 26:39).
¿Qué es la oración?
La oración es acercarse confiadamente al trono de la gracia (Heb. 4:16),
es derramar el corazón delante de Dios (Sal. 62:8),
es una actitud constante: "Orad sin cesar" (1 Ts. 5:17).
Definición devocional:
Orar es abrir el corazón a Dios como a un Padre. No se trata de fórmulas, sino de confianza, intimidad y entrega.
La oración y la armadura espiritual
En Efesios 6:18, Pablo enseña que la oración es el ambiente donde toda la armadura de Dios cobra vida.
Sin oración, quedamos vulnerables. Con oración, permanecemos firmes en la batalla espiritual.
Obstáculos a la oración
La Biblia también advierte sobre oraciones que Dios no escucha:
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Cuando hay pecado oculto (Sal. 66:18).
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Cuando se ora solo con los labios, pero con un corazón distante (Is. 29:13).
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Cuando las motivaciones son egoístas (Stg. 4:3).
Conclusión
La oración no es un accesorio de la vida cristiana: es el alma de nuestra comunión con Dios.
Es hablar con nuestro Padre, confiarle lo más íntimo, buscar Su voluntad y depender de Su gracia cada día.
Que podamos vivir con el corazón abierto y constante en oración, sabiendo que Dios escucha, responde y transforma.