
La Familia Sirviendo en la Iglesia
"Pero yo y mi casa serviremos a Jehová" – Josué 24:15
Introducción
Hoy muchas familias ven el servicio en la iglesia como un obstáculo para la vida familiar. Se piensa que dedicar tiempo a la obra de Dios es "quitarle" tiempo a los hijos o al matrimonio. Pero la Palabra nos enseña otra cosa: servir a Dios en familia es un privilegio que une, edifica y bendice.
Josué no dijo: "yo serviré" ni "mi casa servirá". Dijo: "yo y mi casa serviremos a Jehová". El servicio es un llamado colectivo, no individualista.
Fundamento bíblico
Abraham: un liderazgo que incluye a la familia
"Porque yo sé que mandará a sus hijos y a su casa después de sí, que guarden el camino de Jehová..." (Gén. 18:19).
El llamado de Abraham no se limitó a él: su familia estaba incluida en la visión de Dios.
Jesús y el costo del discipulado
El Señor enseñó que una familia sin unidad espiritual vive división, pero una familia unida en Él se convierte en una fuente de bendición. (Mt. 10:34–39; Lc. 14:25–33).
Servir juntos significa que Cristo es la prioridad sobre cualquier lazo humano.
Aplicaciones prácticas
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El tiempo en la iglesia también es tiempo familiar
Sirviendo juntos, crecemos juntos. No se trata de perder tiempo, sino de consagrarlo como familia. -
Los hijos aprenden con el ejemplo
Más que con palabras, los hijos ven a sus padres amar y servir a Dios. -
El servicio fortalece el matrimonio
Una pareja que comparte la visión espiritual camina más unida que en cualquier otra actividad. -
Protege del egoísmo espiritual
No es "mi ministerio", es nuestra vocación familiar.
Advertencia
Antes de formar un hogar, es importante preguntarse: ¿hay unidad espiritual?
Un matrimonio dividido en la fe es un terreno de conflicto constante.
Conclusión
Servir a Dios en familia no divide, sino que afirma nuestro rol como esposos, padres e hijos.
Que nuestras casas puedan decir con convicción lo mismo que Josué:
"Yo y mi casa serviremos a Jehová."
No como una frase de adorno en la pared, sino como un estilo de vida.