Cristo, el Salvador: La Obra Redentora de Jesús
Texto base: Filipenses 2:5-11 (RV1960)
Introducción
La fe cristiana descansa sobre una verdad fundamental: Jesucristo es el Salvador. Esta afirmación, tan sencilla como profunda, resume toda la historia de la redención. No existe salvación sin un Salvador, ni existe Salvador verdadero fuera de Cristo. Comprender quién es Jesús y qué ha hecho por nosotros es esencial, porque no hay salvación sin una correcta comprensión de su persona y su obra.
I. La Persona de Cristo
1. Preexistencia y deidad
(Juan 1:1-3; Colosenses 1:15-17)
Cristo no comenzó su existencia en Belén. Él es eterno: el Verbo era con Dios y era Dios. Todo fue creado por medio de Él y para Él. La salvación exigía un Salvador divino, no un simple ser humano. Si Cristo no fuera Dios, su sacrificio carecería de valor eterno.
2. Humanidad real
(Hebreos 2:17; Hebreos 4:15)
El Salvador eterno se hizo verdadero hombre. No fue apariencia: nació, vivió, sufrió y murió como cualquier ser humano. Se identificó plenamente con nosotros para representarnos ante Dios.
3. Unión hipostática
(1 Timoteo 2:5)
Jesús es Dios y hombre en una sola persona. Como Mediador, representa tanto a Dios como a los hombres. No existe otro como Él.
II. Los Estados de Cristo
1. Humillación
(Filipenses 2:6-8)
Desde su encarnación hasta la cruz, Cristo se humilló voluntariamente. Obedeció, sufrió, fue rechazado y murió en vergüenza. La cruz, aunque el punto más bajo, es también el lugar de la redención.
2. Exaltación
(Filipenses 2:9-11)
Dios lo exaltó al resucitarlo, ascenderlo y sentarlo en su trono. Su exaltación confirma que su obra fue aceptada. Un día toda rodilla se doblará ante Él.
III. Los Oficios de Cristo
1. Profeta
(Deuteronomio 18:15; Hebreos 1:1-2)
Jesús reveló plenamente a Dios. No solo habló palabras divinas: Él mismo es la Palabra.
2. Sacerdote
(Hebreos 7:25-27)
Como sacerdote, ofreció sacrificio por el pecado, ofreciendo su propia vida. Además, intercede por nosotros continuamente ante el Padre.
3. Rey
(Apocalipsis 19:16)
Cristo reina ahora y reinará visiblemente sobre toda la tierra. Su reino afecta todo el mundo, aunque aún no sea plenamente visible.
IV. La Muerte Sustitutiva de Cristo
(Isaías 53:4-6; 2 Corintios 5:21)
Cristo murió en nuestro lugar, cargando nuestro pecado y recibiendo nuestro castigo. La cruz fue la misión: justicia satisfecha y amor demostrado.
V. Los Sufrimientos de Cristo
Cristo sufrió en cuerpo y alma:
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Agonía en Getsemaní (Mateo 26:36-39)
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Rechazo de su pueblo (Juan 1:11)
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Injusticia en su juicio (Marcos 14:55-59)
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Abandono en la cruz (Mateo 27:46)
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Muerte física real (Juan 19:30)
Todo esto fue por amor a nosotros, cargando el peso total del pecado.
VI. Tipología de Cristo en el Antiguo Testamento
Cristo fue anunciado a través de figuras y símbolos:
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El cordero de la pascua (Éxodo 12)
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El sacrificio de Isaac (Génesis 22)
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El siervo sufriente (Isaías 53)
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El sumo sacerdote (Levítico 16)
Todas las promesas del Antiguo Testamento encuentran su cumplimiento en Él.
VII. La Victoria de la Cruz
(Colosenses 2:13-15)
La cruz fue una victoria en varios niveles:
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Cósmico: Cristo venció a Satanás.
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Legal: Pagó nuestra deuda.
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Espiritual: Nos reconcilió con Dios.
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Existencial: Nos dio nueva vida.
Conclusión
Toda la salvación gira alrededor de Cristo: verdadero Dios y verdadero hombre, profeta, sacerdote y rey. Vivió sin pecado, murió en nuestro lugar, resucitó con poder y volverá en gloria.
Hoy, si le conoces, adórale con todo tu ser. Si no le conoces, arrepiéntete y cree en Él. Porque solo en Cristo hay salvación.
"Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos." (Hechos 4:12, RV1960)